Fundación Otro Rumbo

VIVIENDO UN DUELO: 5 ETAPAS – 4 TAREAS  

45+

Years

45+

Years

Verónica González Suárez y Bibiana Zapata Hincapié 

Inspiradoras de Vida 

 

¿Qué es el duelo y cómo afrontarlo? 

El duelo es la reacción emocional que experimentamos ante aquellas pérdidas significativas que sobrevienen por grandes cambios esperados o inesperados, tales como: la muerte de un ser querido o una mascota, una ruptura amorosa, un cambio de empleo o de lugar de residencia, incluso, los cambios que se generan con la edad.   

El duelo implica un proceso de adaptación a la nueva realidad sin lo que hemos perdido, y puede durar desde semanas hasta años, dependiendo de cada persona y de cada situación. 

Las 5 Etapas del Duelo 

El duelo se vive de diferentes maneras, según el tipo y las características de la pérdida, lo perdido, la personalidad y los recursos individuales de quien pierde, las experiencias anteriores de pérdida, y el apoyo social con el que se cuente. No hay una forma correcta o incorrecta de vivir el duelo, sino que cada uno lo hace a su manera y a su ritmo. Sin embargo, hay algunas fases o etapas que suelen darse en el proceso de duelo, aunque no necesariamente en el mismo orden ni con la misma intensidad. Estas fases son: 

      • Negación: Es la primera reacción ante la pérdida, en la que no logramos asimilarla y nos sentimos en “un mal sueño”. Es una forma de protegernos del dolor y de ganar tiempo para entender lo sucedido. Se trata de ese “colchón” simbólico que nos protege para que la situación dolorosa no nos devaste. Para entenderlo, podemos equiparar ese momento doloroso como la caída de un lugar muy elevado y la “negación” como ese colchón que nos “suaviza la caída”. 

      •  Ira: Es la expresión de la rabia, el enfado o la frustración que sentimos por haber perdido eso que era tan importante para nosotros. Es una forma de canalizar la energía y de reclamar lo que nos ha sido “arrebatado”. Podemos sentir ira hacia nosotros mismos, hacia la persona fallecida, hacia otras personas, hacia el destino o incluso, hacia Dios. Cualquiera sea el motivo de nuestra rabia, puede generarnos, además, culpa por sentir rabia; en este caso, se hace necesario entender que es una emoción inherente al duelo y, mientras más intentemos reprimirla o juzgarla, más nos puede afectar. 

      •  Negociación: Es la fase en la que intentamos buscar una solución o un sentido a lo que ha pasado, tratando de cambiar la realidad, de encontrar una compensación o, incluso, una manera de volver el tiempo atrás, “hacer o dejar de hacer”, “decir o callar”, creyendo que la realidad “debería” haber sido distintas. Es una forma de buscar esperanza y de evitar el dolor, guardando la ilusión de que “todo vuelva a ser como antes”. Podemos negociar con nosotros mismos, con la persona fallecida, con otras personas o con Dios. 

      •  Depresión – Tristeza intensa: Es la fase en la que nos damos cuenta de la magnitud de la pérdida y de lo irreversible que es, sintiendo una profunda tristeza, desesperanza, culpa, vacío o soledad. Podemos aislarnos, llorar, perder el interés por las cosas o tener pensamientos negativos, e incluso, ideas de muerte. Puede confundirse con un cuadro depresivo, pero en el duelo, hay una causa evidente para estar intensamente triste. Expresar el dolor es una forma de asimilar lo sucedido.  

      • Aceptación: Es la fase en la que aceptamos lo que ha ocurrido y lo integramos en nuestra vida, sin negarlo ni rechazarlo. Es una forma de superar el duelo y de recuperar el equilibrio emocional. Podemos sentir paz, serenidad, se recuerda con cariño y puede que a veces con algo de nostalgia, pero ya no con los sentimientos intensos de tristeza, rabia o culpa. En este punto, hemos podido retomar nuestras actividades, hemos adquirido nuevos hábitos, hemos prendido cosas nuevas y logramos proyectar nuestro futuro. 

     Estas fases no son lineales ni excluyentes, sino que pueden solaparse, alternarse o repetirse a lo largo del proceso de duelo. Lo importante es respetar nuestro propio ritmo y no forzarnos a sentir o hacer algo que no nos sale naturalmente. 

    Si deseas escuchar acerca de las etapas del duelo, puedes darle clic al enlace en nuestra Bitácora de Vida en YouTube.  O Dar clic en el video que se encuentra en la parte de abajo de este artículo.

    ¿Cómo superar el duelo? Las 4 tareas del duelo 

    Conocer las cinco etapas del duelo nos permite ayuda a tener mayores claridades en el momento que estamos viviendo las pérdidas, pues podemos vislumbrar qué es esperado y qué es inesperado en este proceso. Complementario a ello, hay cuatro tareas que son de gran ayuda para tramitar este proceso. 

        • Primera tarea – asumir la realidad de la pérdida. Reconocer que la persona o la situación ya no forman parte de nuestra vida y que no van a volver. Es normal como se ha explicado en las etapas del duelo, que al principio haya un periodo de negación o incredulidad, pero poco a poco hay que asumir lo ocurrido y enfrentarse a los cambios que se derivan de la pérdida.  

        • Segunda tarea – Experimentar el dolor de la pérdida. Permitirnos sentir y expresar las emociones que surgen ante la pérdida, como la tristeza, la rabia, la culpa, el miedo o la soledad. No se trata de que evitemos o reprimamos estos sentimientos, sino de vivirlos y canalizarlos de forma saludable, buscando apoyo y consuelo en las personas cercanas o en acompañamiento profesional. 

        • Tercera tarea – Adaptarse al entorno sin la persona o la situación perdida. Reorganizar nuestra vida y asumir los roles o las funciones que antes desempeñaba la persona o la situación que hemos perdido. También implica desarrollar nuevas habilidades o recursos para afrontar los desafíos que se presentan y encontrar un sentido a nuestra existencia. 

        • Cuarta tarea – Recolocar emocionalmente a la persona o la situación perdida y continuar con la vida. Integrar el recuerdo de lo perdido en nuestra memoria y en nuestro corazón, sin que ello nos impida seguir adelante con nuestros proyectos y metas. No se trata de olvidar o renunciar a lo que hemos perdido, sino de honrarlo y mantenerlo vivo en nuestra mente, pero sin que nos limite o nos impida ser felices. 

      Te acompañamos tramitar tu Duelo – Acompañamiento Psicológico 

      En todo caso, cuando perdemos a alguien o algo muy valioso para nosotros, experimentamos un proceso de duelo que puede ser muy doloroso y difícil de afrontar. ¿Por qué es importante vivir un duelo de la mano de un psicólogo? ¿Qué beneficios tiene? ¿Qué se hace en el acompañamiento psicológico? 

      Un psicólogo puede ayudarnos a vivir el duelo de una forma más saludable y adaptativa, ofreciéndonos un espacio de escucha, comprensión y apoyo emocional. Además, el psicólogo puede facilitarnos herramientas para expresar y gestionar nuestras emociones, para aceptar la realidad de la pérdida y para reorganizar nuestra vida sin la presencia del fallecido. El psicólogo también puede detectar y prevenir posibles complicaciones en el duelo, como la depresión, la ansiedad, el incremento en el consumo de drogas o alcohol y el peligro de adiciones, o el duelo patológico. 

      El acompañamiento psicológico en los procesos de duelos consiste en una serie de sesiones individuales o grupales, en las que el psicólogo nos ayuda a transitar por las diferentes etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, a partir de herramientas como las cuatro (4) tareas del duelo. En cada sesión, el psicólogo nos invita a compartir nuestros sentimientos, recuerdos y dificultades, y nos orienta para encontrar sentido y propósito a nuestra existencia. El objetivo es que podamos elaborar el duelo de forma sana y constructiva, y que podamos recuperar nuestro bienestar y nuestra ilusión por vivir. 

       Un psicólogo puede ayudarnos a: 

          • Reconocer y expresar nuestras emociones de forma sana y adecuada. 

          • Aceptar la pérdida y elaborar el significado que tenía para nosotros. 

          • Rescatar los recuerdos positivos y los aprendizajes que nos dejó la persona o la situación perdida. 

          • Soportarnos en nuestros recursos personales y en nuestra red de apoyo social. 

          • Afrontar los cambios que implica la pérdida y establecer nuevos proyectos de vida. 

        Vivir el duelo acompañado de un psicólogo no significa que seamos débiles o que no podamos superarlo por nosotros mismos. Significa que somos conscientes de nuestra situación y que queremos cuidar de nuestro bienestar emocional. El psicólogo no sustituirá a la persona o la situación perdida, ni hará el duelo por nosotros. Va a ser un compañero de viaje que nos va a escuchar, comprender, respetar y facilitar las herramientas necesarias para que podamos avanzar en nuestro proceso de duelo. 

        Acodema y Otro Rumbo Fundación  

        Desde el año 2021 hemos generado una alianza, con la cual Acodema ofrece a sus asociados, la posibilidad de tener asesorías gratuitas, si ha sufrido una pérdida en el último año. Hablar de lo que sientes, hablar de lo que vives, expresar lo que piensas puede ayudarte a tramitar este momento de la mejor manera. Acodema lo pone a tu disposición y Otro Rumbo Fundación te acompaña en el proceso. 

        Escríbenos y, SIN VERGÜENZA, vivamos nuestro duelo de forma sana y constructiva. 

        Duelo: Una persona en el sillon de su casa, con una foto de

        Artículos relacionados

        Duelo: Una persona en el sillon de su casa, con una foto de