Bibiana Zapata Hincapié
Inspiradora de Vida | Otro Rumbo Fundación
¿Querer o amar?
“- Te amo – le dijo El principito.
– Yo también te quiero – respondió la rosa.
– Pero no es lo mismo – respondió él, y luego continuó … ” – Antoine de Saint-Exupéry –
Recientemente, una persona cercana, me decía que se estaba replanteando si continuaba o no con su relación, de varios años ya. Se encuentra en un tiempo en el cual espera que su pareja logre cambiar. Mi invitación siempre ha sido a construir en pareja, en crecer en pareja, sin embargo, cuando ese crecer juntos no se da, el replantearse el continuar o no, con esa persona, es necesario.
Exceso de optimismo fue la primera conclusión a la que llegué, pues creemos que podemos esperar que cambien cosas que no dependen de nosotros e ignoramos aquello que nosotros si podemos cambiar. Esperamos que el jefe cambie, que nuestros padres cambien, que nuestra pareja cambie, que nuestra situación económica cambie, que la empresa cambie, que el MUNDO CAMBIE. Ilusos somos todos, en alguna medida, al sentarnos a esperar que todo cambie y nosotros no hacer nada. Somos dueños de lo que podemos cambiar y esclavos de una esperanza insulsa.
Me sentí personalmente involucrada con la situación y empecé a evaluar que debería cambiar en mi entorno, fue inevitable mirar a mi amorcito y es allí cuando me doy cuenta que, el asunto, iba mucho más allá de un exceso de optimismo, se trata de si se quiere o se ama.
Busqué el fragmento del Principito, que tanto uso durante mis mentorías y conferencias, y me encontré que:
“Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía…”
“Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar.”
Sigo reflexionando acerca de aquello que esperamos que cambie y nos negamos a cambiar nosotros o en nosotros. Identifico que el amor no es tonto y mucho menos una tontería, el amor es y por ende amar es una elección, una decisión de darse por entero, sin miedos, sin restricciones, sin condiciones.
Es inevitable evidenciar que mi reflexión me lleva al final de la conversación entre el principito y la rosa, me invita dejar de darle vueltas a un asunto que el alma tiene claro desde su concepción y me digo a mí misma
¡No lo entiendas, VÍVELO!
» – Ya entendí – dijo la rosa.
– No lo entiendas, VÍVELO – dijo El principito».
Mirar a mi amorcito y llegar a la conclusión que le quiero como es, me invita a no querer cambiarle y mucho menos esperar a que cambie. Mirar mi trabajo y sentirme plena me invita a seguir dándome por entero, a seguir buscando inspirar y acompañar, a seguir entregando lo mejor de mí y un poco más. Mirar mi familia, biológica y política, me llenan de un sentimiento de gratitud, son un tesoro inmenso y me lleva a mantener mi compromiso de amor con ellos y para ellos
Elijo amar, elijo vivir, elijo seguir construyendo un mundo aún inacabado.
¡Hablemos Sin Vergüenza!
Quizás te encuentres en una relación de pareja o quizás estés analizando esa relación con un familiar, compañero de trabajo, jefe, amigo. Independiente de la relación en la que estés pensando, te invitamos a ¡Hablar Sin Vergüenza! de aquello que piensas, vives o haces con uno de nuestros profesionales. No se trata de cortar con cualquier tipo de vínculo o relación en la que estemos, se trata de aprender a amar, lo cual se pude aprender de la mano de uno de nuestros profesionales.